El chancho está mal pelao’

By 22 junio, 2012Opinion

Por Héctor Tejada. Publicada en  Blog Radio Cooperativa

El aporte al empleo nacional que realizan las micro, pequeñas y medianas empresas, cerca de un 80%, convierte a este sector en el interlocutor principal de la discusión que se ha generado sobre el salario mínimo.

Resulta fuera de lógica política y económica que esto solo sea tratado a nivel de Gobierno, CUT y la gran empresa aglutinada en la CPC.

El sueldo mínimo es el piso en la estructura salarial de los trabajadores del sector privado que no tienen la organización para negociar colectivamente, y busca que los de menores ingresos puedan mejorar sus salarios, al menos en la misma proporción que los trabajadores de más altos ingreso, que no tiene relación alguna si lo medimos en términos absolutos.En ese sentido, el salario mínimo no es una variable de ajuste económico.

La situación en nuestro mundo es heterogénea. Las pequeñas empresas usan el salario mínimo como sueldo de entrada de trabajadores sin calificación laboral alguna que nos es culpa de ellos sino del pésimo sistema educacional que en su mayoría los prepara para la nada.

En el mundo de la microempresa, la mayor parte está compuesta por trabajadores independientes o por cuenta propia o bien son empresas de carácter familiar, destinadas básicamente al auto sustento.

Más que hablar del monto del salario mínimo, como ocurre todos los junios, es fundamental analizar el origen de los sueldos insuficientes para las familias chilenas, que sin lugar a dudas tiene que ver con la concentración de la economía en unos pocos grupos económicos, financieros, y la pésima distribución de la riqueza, en un país que se define cerca del desarrollo con más de 16 mil dólares per cápita.

Claramente, como dicen en el campo, “el chancho está mal pelado”; es esencial levantar una discusión real entre los sectores privados y el Estado sobre cómo resolvemos la desigualdad y evitar, de esta manera, los abusos.

Es importante que el Estado deba dar una señal clara y levantar una mesa de trabajo con todos los actores y definir como país un proceso de mejoramiento de los salarios de los trabajadores y las condiciones de entorno, evitando que todos los junios de cada año se tenga que presenciar un tira y afloja, que más divide que une.