Este 10 de diciembre, se cumple el 68° aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que impulsó el ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse en virtud de que los ciudadanos y sus instituciones se inspiren en ella y promuevan, en consecuencia, medidas progresivas en sus respectivos territorios.
La historia de Chile, y América, a fines del siglo XIX, experimentó enormes cambios económicos y sociales. Los trabajadores y sus familias demandaron mejores condiciones laborales y de subsistencia. A principios del siglo XX se constituyen, entre otros, los seguros sociales y se firman convenios internacionales sobre la materia. De la mano de los cambios sociales, políticos y demográficos nacionales e internacionales, nuestro país avanzó, a objeto de entregar mejores condiciones de vida a todos los chilenos.
Aquel 10 de diciembre de 1948, nuestro país votó a favor de la naciente Declaración Universal, en la cual, su artículo N°22 que promueve la Seguridad Social, señala que “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, (…) la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad”.
La Seguridad Social es un instrumento de justicia social que hemos buscado perfeccionar. En efecto, el Estado ha propiciado brindar, mediante un conjunto de leyes y políticas, la seguridad social a quien lo necesite en caso de vejez, desempleo, enfermedad, invalidez, accidentes laborales, enfermedades profesionales, maternidad o pérdida del sostén de familia. Ejemplo de ello son el Sistema de Salud, el Seguro de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, el Seguro de Cesantía, el Sistema Previsional, entre otros. Todos estos sistemas y seguros entregan derechos a las personas frente a las contingencias sociales.
En la discusión previsional, como Gobierno, no hemos cejado en esfuerzos por otorgar dignidad a quienes más lo necesitan. Durante el primer mandato de la Presidenta Michelle Bachelet se creó el Pilar Solidario. Hoy en su segundo periodo presidencial, el bono marzo se convirtió en aporte familiar permanente, se amplió el Seguro de Cesantía; se aumentó la cobertura de la asignación por muerte y la cuota mortuoria, se eximió del pago de la cotización de salud del 5% a los pensionados mayores de 65 años y se reajustó extraordinariamente los beneficios del Pilar Solidario en un 10%, entre otras medidas.
Todas estas políticas tienen enfoque de derechos; porque están centradas en la búsqueda de la dignidad de las personas. Es por ello que lograr un acuerdo nacional, para un mejor sistema de pensiones, con enfoque de derechos, contribuye a sentar bases sólidas para sustentar, en el tiempo, pensiones dignas para los chilenos y chilenas de hoy y mañana.