Diversas comunas están incentivando a los vecinos a reciclar desechos que se generan en sus cocinas. Así ayudan al medio ambiente y obtienen abono para áreas verdes y biocombustible.
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Fuente: El Mercurio. 5 de enero de 2012.
En La Pintana, las cáscaras de frutas y los restos de verduras ya no van a la basura. Día por medio, camiones municipales recolectan estos residuos vegetales de las casas para convertirlos en compost y humus. Además de favorecer al medio ambiente, la iniciativa ha beneficiado las arcas de la comuna.
“Estamos dejando de enviar entre 30 y 32 toneladas diarias de desechos al relleno sanitario, lo que significa un ahorro de $9.700 por tonelada”, explica Manuel Valencia, director de Gestión Ambiental de la comuna, que tiene al 67% de sus 45 mil viviendas separando desechos de sus cocinas. Además, al hacer menos viajes al relleno reducen el consumo en combustible y mantención de los camiones recolectores, y generan menos contaminación ambiental.
Y, finalmente, el compost que se produce se emplea en la cancha del estadio municipal, las áreas verdes de la comuna y el vivero municipal.
La experiencia es un ejemplo de cómo el compostaje de residuos orgánicos para producir abono ha ido ganando terreno en comunas de la Región Metropolitana, sumándose al más tradicional reciclaje de residuos sólidos (ver recuadro).
Ferias, casas y escuelas
La Reina es pionera en la reutilización de residuos vegetales. Hace 10 años se realizan talleres gratuitos de compostaje domiciliario en la Aldea del Encuentro, lo que incluye los materiales para fabricar la compostera en casa y asesoría hasta el momento de cosechar el abono. “A la fecha debe haber unas 500 composteras funcionando en casas de la comuna y una decena en jardines infantiles y colegios”, estima Gabriel Parra, encargado del Programa de Compostaje Domiciliario de la comuna. Agrega que ya iniciaron un plan piloto de compostaje de residuos de ferias libres.
Esta última iniciativa ya está consolidada en El Bosque, municipio que en 2011 dispuso contenedores en las 14 ferias libres de la comuna. Juntan dos toneladas mensuales de desechos, que envían a la comuna de La Granja, donde los convierten en compost y forraje para animales. “Minimizar estos residuos nos ayuda a descongestionar el vertedero”, dice Juan Carlos Sandoval, jefe del Depto. de Aseo y Ornato de la comuna. La experiencia ha sido tan buena, que este año quieren iniciar planes piloto para ampliar la separación de residuos orgánicos a las viviendas.
En Calera de Tango, la conciencia partió por los más chicos. Desde 2007 tienen un programa de compostaje y lombricultura en los tres colegios básicos del municipio. “Hay líderes ambientales, que son niños y profesores que se encargan de mantener las composteras con residuos de la cocina del colegio. Además, usan el humus para fertilizar huertos en la misma escuela”, explica Makarena Roa, encargada de la Oficina de Medio Ambiente del municipio.
De la cocina al estanque
Todos los meses, Providencia evita que 8 mil litros de aceite usado en cocinas de restaurantes, cafeterías y hoteles de la comuna vayan a parar a rellenos sanitarios o al alcantarillado. Desde 2011, la comuna tiene un convenio con la empresa General Rendering, que recolecta el aceite de 127 locales. Éste termina convertido en biodiésel. “Este año queremos llegar a 300 de los cerca de 500 locales de la comuna, y más adelante lo queremos extender a recolección domiciliaria”, dice Cristián Bravo, encargado de Reciclaje del municipio.
En La Pintana, el aceite de uso doméstico, comercio establecido y puestos de sopaipillas también se recicla. “Recolectamos en promedio 100 litros diarios, los que convertimos en biodiésel que se usa como combustible en la flota de recolección de residuos y vehículos pesados del municipio”, concluye Valencia.
Recolección
A los tradicionales puntos limpios y campanas de reciclaje de instituciones de beneficencia, varios municipios han integrado a agrupaciones de recolectores y cartoneros de la comuna en el proceso de reciclaje, ayudándoles a generar un ingreso, a la vez que reducen los desechos comunales. En La Pintana ellos se encargan de recolectar papeles, cartones y chatarra que los vecinos separan en casa, y en El Bosque están a cargo de recuperar los residuos en el punto de reciclaje del municipio. Peñalolén tiene un plan piloto en la misma línea.
