Quién sabe del inicio de las ferias y de su proceso de desarrollo es Juan Carlos Arriagada, hoy Pte. De la ONG Espacio y Fomento, que se ha especializado en la ejecución de distintas iniciativas y proyectos relativos al sector de las ferias libres.
Desde el emblemático Schoenstatt, de 1998, inclusive un año antes, trabaja como profesional desde la consultora CyP a cargo de un proyecto para modernizar la Feria La Unión de La Florida. Fue el primer proyecto propuesto desde los feriantes, señala. Luego, le tocó participar en el Seminario de “Shoenstatt” con el lema “Para Permanecer y Crecer, La Feria Un Lugar de Encuentro”, que sintetiza e identificaba atributos de la feria libre, pero también sus debilidades y amenazas y exigía fortalecerlos, considerando que el gran comercio – retail – era su principal competencia. Fue cuando se reconocen dos culturas en disputa. “Muchas actividades tradicionales estaban desapareciendo y algunas autoridades locales apostaron a la muerte natural de las ferias, por considerarlas que eran el pasado, y que lo moderno eran los supermercados y malles. El logro colectivo mayor de esa etapa, fue construir un discurso, un relato, comprendido por la base feriante, y que se sintetizaba en el lema del Seminario y que posibilitaría a posterior darle visibilidad pública a la feria”, señala Arriagada.
Desde entonces, se genera un trabajo colaborativo entre profesionales y técnicos, dirigentes y bases de las ferias por iniciar un proceso que Arriagada le llama “proceso de progreso de feria”. Los conocimientos de mejoramiento del canal feria libre se fueron construyendo en el camino, a base de éxito y de error, con confianzas y alianzas. Había desconocimiento, pero enormes voluntades y la creencia absoluta de que las ferias libres no iban a desaparecer. “Los proyectos, son lo que su nombre indica, pequeños escalones de una gran escala, que es el proceso. La gracia de esos años fue direccionar muchos proyectos para construir un proceso de progreso feria, con estrecha relación de los feriantes, sus organizaciones con profesionales y técnicos y con el despliegue de alianzas y relaciones que posibilitaran ir ampliando el arco de fuerzas de apoyo a las ferias libres”.
Más tarde, vendría la conformación de la Coordinadora Intercomunal de Ferias Libres, en el año 1999, un antecedente de la Asof. Allí Arriagada y un equipo técnico también asesoró en esta etapa mediante talleres de capacitación y de formación dirigencial, que posibilitaron levantar esta organización compuesta por ferias libres de las comunas de La Florida, La Granja, La Cisterna y San Ramón. “El trabajo ejecutado en estos años con las ferias nos han instituido al menos cuatro elementos básicos: la importancia de fortalecer la relación de los feriantes con los demás actores del canal alimentario tradicional; que la feria libre sea un actor aún más relevante para la alimentación sana de la población; que la institucionalidad pública y muchas privadas, aporten al desarrollo de nuevas ferias, al mejoramiento de las actuales y se consolide una relación de socios entre ellos y que organizaciones internacionales, tan importante como la FAO, de las Naciones Unidas consideren hoy a la feria libre como un formato de seguridad alimentaria y un actor decisivo para la agricultura familiar campesina y la alimentación sana de la población”.
(Parte de las entrevistas de Revista Aniversario Feriante, 16 años junto al comerciante de ferias libres)
