Con el eslogan “Del campo a la feria, el camino corto”, este viernes 19 de enero finalizó la comuna de Lampa, un innovador proyecto que buscó acortar la cadena de comercialización entre productores y feriantes de la zona norte de Santiago, específicamente en la Provincia de Chacabuco, con hortalizas frescas y sanas, además de implementar mejoras sustantivas en el proceso de producción de los alimentos cultivados por productores de la zona.
El proyecto “Hacia la sustentabilidad de las comunidades agrícolas periurbanas de Santiago mediante la potenciación de las cadenas de valor asociadas al territorio” fue financiado por el Gobierno Regional Metropolitano y ejecutado por la Universidad de Chile, en alianza con la OTEC CEDEI de la Confederación de Ferias Libres (ASOF).
Abarcó un total de 250 productores, feriantes y consumidores de la zona. Todo ello dio como resultado la implementación de 8 puestos de ferias libres llamados demostrativos y 6 predios experimentales en la zona.
¿De qué se trata esto? Los predios experimentales son huertas de productores de la zona, quienes fueron capacitados para implementar innovaciones en la forma de cultivos, así como agregación de valor a la manera de producción, ya sea con nuevas especies, mejor uso del agua, entre otras. Marcos Mora, encargado de proyecto de la Universidad de Chile, indica que el principal aporte “fue el de desarrollar e implementar la cadena de valor de la producción de hortalizas de una comunidad rural vulnerable, a través de una aproximación territorial participativa en la provincia de Chacabuco. Existe un componente productivo, que tiene que ver con la implementación de riego tecnificado en los predios de los agricultores, de energía fotovoltaica para hacer más eficiente el cultivo hidropónico, la introducción de variedades nuevas en hortalizas, la innovación en la producción primaria, como intercalar varias especies hortícolas en un cultivo de espárragos, por mencionar algunas”.
Son 12 experiencias pilotos demostrativas con un carácter de sala de clases, que integran los mismos puestos de ferias libres y los predios. En las ferias libres, ello se ve exteriorizado en módulos llamativos, donde la disposición de las hortalizas es vertical para que el consumidor vea bien qué está llevando, además allí encontramos a un feriante capacitado y que entrega información a las caseritas y caseritos.
Luis Fuentealba, feriante de Lampa, está enormemente agradecido con haber sido parte de la iniciativa porque dice le permite “vender sólo productos de la zona, hortalizas, lechugas, albahaca, cilantro, perejil, ciboulette, especies que tienen un sabor muy distinto a otras, a las cuales se les agregan químicos o que llevan mucho tiempo de arrancadas de la tierra”, afirma.
René Cifuentes, encargado del proyecto desde la OTEC CEDEI de ASOF, detalla que entre los principales impactos están “potenciar circuitos cortos de comercialización, desde el productor al feriante, en primer lugar, y de esa forma mejorar el precio de la venta para el productor así como de la compra para el feriante; hay menores traslados, por tanto los productos van a llegar más frescos a la feria y, en definitiva, va a beneficiar al consumidor con productos más baratos, con producción de la zona y más fresca”.
Cifuentes agrega que la idea no deja afuera a las centrales de abastecimiento, como sitio natural y fundamental de encuentro entre los pequeños productores y feriantes. “Se pueden generar espacios especiales donde se puedan conectar estos actores con estos productos, en las centrales tipo Lo Valledor con señalética clara”.
Los puestos demostrativos y predios son posible de encontrar en las comunas de Lampa, Colina y Til Til, zona que abastece el 70% de la producción hortícola en la Región Metropolitana, pero que sin embargo ha estado sometida a un gran crecimiento urbano en los últimos 10 años, lo cual ha ido mermando sus terrenos agrícolas, así como ha debido enfrentar la escasez hídrica producto del calentamiento global.
Los innovadores cultivos duales
Germán Benítez, productor de Lampa, muestra su predio de la comuna de 7 hectáreas y media. Orgulloso comenta que, gracias al proyecto, pudo desarrollar los “duo productos”, es decir cultivar entre las plantaciones de espárragos, otras especies como lechugas, pimentones y albahaca. “Como productor de espárragos, salíamos de la temporada y nos perdíamos. Entonces para aprovechar espacios, plantamos entre las plantas de espárragos, en período de descanso, otras especies, aprovechando la sombra y la tierra que quedan entre medio”.
Es una técnica que le permite cultivar otras especies, por tanto, mejora y aprovecha la producción del predio en forma considerable. Refuerza el hecho de que, al acercarse con los feriantes del lugar, existe relación directa, menos gastos de traslados, más información respecto de lo que demanda más el consumidor final y respecto de las cantidades que requiere el feriante para venta diaria. Además, de llegar con un producto de sabor único, fresco y natural, finaliza.
Germán, además, pudo incorporar riego tecnificado en la totalidad de su huerto, en una zona de altas temperaturas y afectada por la sequía.
Del campo a la feria, el camino corto, Un proyecto que se busca replicar
Para Ximena Salinas, Coordinadora del Proyecto desde a U. Chile, el principal aporte que la iniciativa tuvo en la comunidad y consumidores “viene dado por el hecho de que se ven surtidos por alimentos frescos y saludables. A través del fortalecimiento de la cadena de valor de hortalizas asociada al territorio que constituyen verdaderos cinturones periurbanos se ven aseguradas otra serie de servicios ambientales muy necesarios para las ciudades, relacionadas al aire limpio, a la regulación climática y a la recreación entre otros”.
En tanto, el beneficio para los consumidores es “aportarles con un producto local e innovador, con los beneficios que ello trae consigo aparte de que puede incluso ir a ver dónde se cultiva la hortaliza que está comprando”.
¿De qué manera proyectaran esta experiencia a otras comunas? Este proyecto fue concebido desde un origen para ser un proyecto replicable, por ello comunas que tengan características similares y sientan la necesidad de fortalecer sus cinturones periurbanos y sus cadenas de valor asociadas al territorio pueden basarse en esta experiencia.