Las ferias se encuentran en pleno proceso de adaptación a los nuevos tiempos, a los cambios en los hábitos de compra y consumo de los chilenos, respondiendo con mayor calidad, atención y servicio. Hoy es posible pagar en una feria con una tarjeta de débito, por ejemplo.
Existen ferias mucho más pequeñas- de entre 6 a 10 puestos- ubicadas en nuevos espacios urbanos como a la salida de las estaciones del Metro, en los parques y bandejones o que funcionan en horarios vespertinos y que ofrecen productos con valor agregado (bandejas de chapsui, productos sellados al vacío, orgánicos y otros).
Las ferias están mejorando su infraestructura, imagen y sus feriantes se están capacitando para mejorar la atención que entregan a sus caseras y caseros.
Actualmente es posible ver ejemplos de ferias autogestionadas, capaces de negociar con autoridades locales y con el sector privado consiguiendo auspicios y financiamientos para desarrollar actividades gremiales y para mejorar sus mismas ferias.