Ha sido un tiempo difícil, qué duda cabe, los feriantes al igual que el resto de los habitantes en Chile, han experimentado de distintas formas el movimiento social, por las reivindicaciones ciudadanas, en forma directa y tangible. Ello porque las ferias son uno de los sitios más concurridos en el país, si sólo los fines de semana en la Región Metropolitana transitan por allí más de 2 millones de personas. Unido a ello, representan abastecimiento normal de frutas y verduras (70% de la producción hortofrutícola) y otros artículos del hogar (un 40% de lo que se vende son artículos de uso personal y aseo), pero además, en pleno estallido social, fueron prácticamente la única alternativa de compra para la población, a nivel nacional.
Los 400 puntos (OJO son 1.114 ferias libres según Sercotec, pero eso corresponde al número de posturas que se estiman en 3 semanales aproximadamente) que funcionan a diario, de lunes a domingo en Chile (de los cuales cerca de 100 se focalizan en la R.M) se transformaron en el único mercado seguro y abierto de las familias chilenas, durante los primeros días del estallido. Si bien hubo saqueos puntuales, ello no se repitió más allá del domingo 20 de octubre, y fueron sólo algunas ferias en paralelo saquedadas, casi al mismo tiempo. Algo sumamente extraño, señalan desde ASOF.
“A las ferias jamás nos habían saqueado, pero a pesar de ello nos defendieron los mismos vecinos y salimos aún más fortalecidas, porque nosotros somos parte del pueblo y del proceso de reivindicaciones de los chilenos y chilenas”, sostiene Froilán Flores, Presidente Nacional de la Confederación de Ferias Libres de Chile (ASOF).
Los feriantes, sin embargo, refuerzan en cada testimonio que ellos fueron fundamentales para el abastecimiento de la gente, durante los días más álgidos. Los medios de comunicación majaderamente, sin embargo, reiteraron en sus reportajes sobre el alza de precios culpando al feriante y no reporteando de dónde provenían las alzas. Lo concreto es que fueron 3 los productos alimenticios con variaciones importantes: papas, zanahorias y plátanos. Las primeras llegaron a más de $800 el kilo y hasta $1.000; las segundas a $1.000 el kilo y el plátano a $1.500 (referencia: precios en ferias de la R.M).
Una situación que se debió a la escasez de los productos, a consecuencia del miedo de los mismos productores de llegar con sus camiones a las centrales de abastecimiento y de ser saqueados.
A dos semanas del 18/10, la situación ya estaba prácticamente normalizada en los precios de productos alimenticios en ferias libres.
Para el caso de otros artículos del hogar, abarrotes, productos de aseo y de belleza, los comerciantes tuvieron- y muchos siguen teniéndolo- problemas en los puntos de compra, las centrales distribuidoras que funcionan parcialmente, también por temor a los saqueos y por restricción en los horarios, debido a que la situación país aún no se normaliza.
Pese a lo anterior, los feriantes se han mantenido de pie frente a todos estos inconvenientes y han continuado brindando el servicio de abastecimiento.
“Debemos ser parte de los planes de contingencia y emergencia”
El día domingo 20 de octubre la Confederación de Ferias Libres fue llamada a integrar una mesa de abastecimiento, convocada por el Ministerio de Desarrollo Social liderado por Sebastián Sichel. Allí estuvieron supermercados y ferias libres, con el propósito de enfrentar la contingencia. Una de las principales demandas del gremio fue solicitar salvoconductos especiales para los feriantes, en toque de queda, porque muchos de quienes venden frutas y verduras parten su día de madrugada para abastecerse en las centrales de distribución. A pesar de la demora en la respuesta oficial de tal solicitud por parte del Gobierno y de los mandos militares, finalmente fue concedida una carta de autorización emitida por el General Javier Iturriaga para que los feriantes pudieran transitar sin problemas, en horarios de toque de queda, sólo mostrando su patente al día y esta carta de aprobación.
Una situación que para el gremio viene a revalidar, el que las ferias libres debiesen ser integradas a los planes de emergencia, en situaciones como éstas, terremotos y otros, porque ellas logran abastecer a la población y sin ellas la situación podría ser peor. “Pero aún no hay conciencia de aquello, a pesar de que lo hemos demostrado en el terremoto de 2010 y ahora en estallido social, lamentablemente las autoridades nos subvaloran”, puntualiza Flores.
Reivindicación en la opinión pública del pequeño comercio y ferias
Durante la primera semana post 18/10, la Confederación de Ferias Libres se focalizó en realizar un intenso trabajo de difusión y comunicación sobre la situación de las ferias libres y sus problemáticas. Se difundieron los días de postura de las ferias libres en la R.M día a día y de regiones, mediante listados que los medios de prensa viralizaron en redes y plataformas; así también se enfrentó el rumor de la especulación de precios y que ello era ocasionado por los mismos comerciantes. Todo ello finalmente logró que muchos medios de prensa valoraran a las ferias libres y al pequeño comercio, como una alternativa de abastecimiento y de compra. Unido a la rabia, que representan los formatos de grandes cadenas de supermercados y que fueron saqueadas en su mayor parte, este comercio – por el contrario- fue respetado por la ciudadanía, desde el valor de lo local, comunal barrial y la cercanía con la gente.
Acá puede encontrar el resumen de prensa de las distintas coberturas respecto al tema: http://asof.cl/?wysija-page=1&controller=email&action=view&email_id=38&wysijap=subscriptions&fbclid=IwAR3XQzw-LCoOS-GU1dAlJ51pRBpEI5Khq8nNWinX29141VPj5n4KnQiD-BY
“Abastecemos, pero ya nada es igual que antes”
Para muchos comerciantes, el 18/10 marcó un antes y después. “Si bien estamos funcionando con normalidad, la verdad es que nada es tan normal. La gente está insegura y asustada. Nuestro público son mayoritariamente familias de esfuerzo, a las que no les alcanza para llegar a fin de mes, por tanto la feria ha seguido siendo un apoyo en su economía familiar, pero además un desahogo porque conversan con nosotros y muchos somos amigos o amigas de nuestros caseros y caseras”, comenta Gloria Guaiquiante Directora de ASOF y feriante de Cerrillos, quien vende artículos del hogar variado.
“Ha sido un impulso para fortalecernos con nuestra comunidad”
Wladimir Aros trabaja en la feria Santo Tomás, de la comuna de La Pintana, y recuerda el saqueo del que fueron víctimas, el día domingo 20 de octubre. “Andaba un grupo de gente de unas 40 personas y robaban lo que pillaban, eso fue como a las 2 de la tarde. Todos los feriantes guardamos nuestras cosas y nos fuimos. Pero fueron los mismos vecinos los que sacaron a la turba, nos defendieron y eso nos sirvió para unirnos con nuestra comunidad”, señala.
Además, agrega, que en su rubro que son productos cárneos, efectivamente sí hubo un alza inmediata, proveniente desde las distribuidoras, siendo los de mayores variaciones el pollo, la carne y el cerdo que elevaron sus precios en un 25%.
“No vi ningún saqueo, fue la doctrina del shock actuando en plenitud”
Para Miguel Ángel Herrera de la feria Villa O´Higgins de La Florida, la situación vivida fue totalmente distinta, porque él no trabajó en la feria esos días y se manifestó como ciudadano en las demandas y fue parte “del estallido”, detalla en redes sociales de ASOF. Aclara que nunca vio ningún saqueo. “La única situación que se vivió es que un par de borrachos pasó corriendo por toda la feria, gritando que venía una turba y nadie sabía dónde se estaba saqueando en la feria y eso obligó a que se guardara una media hora antes. La doctrina del shock actuando en plenitud. Personalmente no conozco ni un caso vivencial de saqueo, sólo comentarios, pero nada concreto”.
“Se especuló que nosotros subimos los precios y eso no fue así”
Marco San Martín, Presidente de la feria libre número 2 de Quinta Normal, debió enfrentar los reclamos de su clientela porque vende papas y éstas fueron las que más variaron su precio llegando a $1.000 el kilo en algunas ferias. “Tuve que transmitir que no éramos nosotros los que subimos el valor, sino que nosotros comprábamos el productos más caro en las centrales de abastecimiento, en lo personal me dio mucha rabia cómo los medios de comunicación trataron la noticia echándonos la culpa al tiro a los feriantes sin indagar en la cadena de precios”, señala. Pero, aclara, que pese a ello la reacción de la clientela siempre fue buena y agradecida, reconociéndoles que pudieron abastecer con alimentos en los momentos más críticos.
Marco trabaja en 2 ferias vespertinas de la comuna, que están ubicadas junto a las Estaciones de Metro Blanqueado y Lourdes de Quinta Normal, las que cerraron sus puertas por razones obvias esos días. “Nosotros nos ubicamos allí por el tránsito de los pasajeros y, al estar cerradas las estaciones, no teníamos público. Además, eran sitios de focos de quemazones”. Comenta que durante un mes aproximadamente no trabajaron en ambos puntos, reanudando sus funciones -primero- en la feria del Metro Lourdes, debido a la presión de los vecinos de edificios aledaños, que pidieron al Municipio que volviera la feria. Agrega que prontamente se incorporará la feria vespertina del Metro Blanqueado con funcionamiento normal.
Puede buscar los horarios y días de funcionamiento de las ferias vespertinas acá: http://asof.cl/feria-verpertina/
Las regiones estuvieron también al pié del cañón
Los cerca de 400 puntos de ferias libres que funcionan de lunes a domingo a nivel nacional funcionaron casi con relativa normalidad los días más problemáticos. Información proveniente desde la región del Biobío confirmó que las ferias en regiones fueron esenciales para la población, ya que habían muy pocos sitios donde proveerse y demasiada tensión. Una realidad que se repitió en todas las comunas y regiones del país. Desde Arica hasta Punta Arenas.“Fuimos un apoyo para la comunidad indudable, en los días más críticos pudimos entregar alimento y eso lo agradeció la clientela, a pesar de que problemas sí tuvimos de abastecernos nosotros mismos con normalidad desde las centrales de distribución”, sostiene Moisés Alvial Presidente ASOF en la región del Biobío.
La feria que vio venir el estallido
Mónica Navarrete trabaja los días martes en la feria de bolsillo (vespertina) del Metro Santa Ana de la comuna de Santiago centro. El día martes 15 de octubre fue muy complicado trabajar. A eso de las 20 hrs. un grupo abultado de estudiantes se agolpó en las puertas del Metro, justamente donde se ubica la feria. Mónica recuerda que de ahí en adelante fue imposible seguir. “Se llenó de una turba de estudiantes que estaba evadiendo en el Metro, nosotros perdimos todo ese día porque o lo que no se lo tiraron encima lo aplastaron en el suelo. Sentí mucho temor”, declara.
La feria de bolsillo no ha podido funcionar aún en forma normal. Sin embargo, el resto de las ferias de Santiago centro sí lo han hecho en la medida de lo posible, porque algunas están ubicadas en sitios de paso de marchas.
Mall cerró una semana y afectó funcionamiento de feria de Paseo Quilín
La feria libre vespertina del mall Paseo Quilín, de la comuna de Macul, estuvo sin funcionar una semana por el cierre del centro comercial debido al temor de los saqueos e incendios. De hecho, hubo un intento de saqueo al supermercado Líder del lugar.
Los feriantes, sin embargo, no tuvieron ningún problema ni conflicto en el sitio, donde se ubican 10 puestos de alimentos, frutas, verduras y frutos secos, frente al sector del Boulevard financiero. Roberto Montecinos, coordinador de la feria, comenta que si bien dejaron de trabajar durante una semana (días martes, miércoles y jueves), el centro comercial les ha entregado facilidades para recuperar lo perdido, con los días viernes disponibles para ellos sin costo adicional por el arriendo del espacio hasta el mes de enero. Hoy, la única restricción de esta feria, es que su funcionamiento es de 8 a 19: 30 hrs. y no hasta las 21: 30 hrs.
“Nos validó como canal de abastecimiento”
Para la Secretaria Nacional de ASOF, Gabriela Sepúlveda, quien además vende verduras en ferias de Cerro Navia, la coyuntura no hizo “más que validarnos frente a la opinión pública, porque nos mantuvimos en pie pese a todo, abastecimos, dimos tranquilidad y calma”.
Los dirigentes de ASOF nacional ven en la actual coyuntura una evidente oportunidad para los feriantes y el canal tradicional de distribución de productos hortofrutícolas y pesqueros, constituido por campesinos y pescadores, que han estado siempre en el último lugar de las prioridades de las políticas públicas.
“Siempre lo hemos dicho, si somos el principal canal para enfrentar los problemas de una malnutrición en Chile, ¿Por qué nunca hemos sido considerados verdaderamente? Tenemos campesinos empobrecidos, que tienen tierras sin derecho a aguas porque éstas se vendieron a grandes latifundistas; tenemos pescadores que les pagan una miseria por productos marinos de enormes beneficios nutricionales, sin embargo no tienen vías de comercialización más directa con la población; tenemos feriantes que carecen de estabilidad sobre sus puestos porque trabajan con permisos precarios, y pueden ser trasladados o eliminados en cualquier momento si son considerados una molestia por los alcaldes. Lo cierto es que no existe una política pública dirigida a este canal de distribución de alimentos y nuestro anhelo es que estemos en las discusiones por la nueva Constitución, destacando la relevancia de las ferias libres como actividad patrimonial, que es parte de la historia del país, pero que además permite alimentar sano a los chilenos y chilenas más vulnerables, declarando que la alimentación saludable debe ser considerada un derecho humano consagrado en la Constitución y no una elección ni un privilegio”, señala Froilán Flores, Pte. Nacional de ASOF.
“Somos parte de la indignación y las demandas también”
Para los asociados de la ASOF ser parte del movimiento también implica brindar un apoyo más directo y tangible. Por ello, han participado de las marchas ciudadanas y de la protesta nacional, ya que manifiestan que “el enojo y encono de la gente lo vemos a diario, en nuestras caseras y caseros, somos el más fiel termómetro social. Si a la gente cada vez le alcanza menos para llegar a fin de mes, les cuesta comprar sus alimentos y mantener una dieta relativamente sana”, comenta Froilán Flores, quien vende verduras en ferias de Conchalí. “Imagínese con una pensión de $150.000, un adulto mayor va a la feria y le puede salir $20.000 comprar todos sus alimentos, pero ¿Cuánto le queda para después? Así no se puede más, por eso nosotros entendemos esta rabia y estallido”, dice Flores, agregando que desde hace años que han manifestado la baja en las ventas de productos alimenticios saludables de las familias chilenas más vulnerables, porque simplemente no les alcanza. “La gente opta por comprar tallarines”, finaliza.
En el paro nacional, convocado por las organizaciones sociales el día 12 de noviembre, ASOF realizó un llamado a un paro ético y voluntario, al cual adhirieron feriantes de Puente Alto, La Florida, Conchalí, Pudahuel, La Florida, en regiones comunas de Illapel, La Serena, por mencionar algunas. Muchos feriantes ese día trabajaron con banderas chilenas o negras, en señal de protesta frente al malestar ciudadano y solidaridad. Los dirigentes nacionales y miembros de la Directiva de ASOF marcharon en plena Alameda con un gran lienzo que decía “Ferias Libres de Chile presentes”, causando la curiosidad de los manifestantes y los aplausos. “Es que no podemos estar mirando lo que pasa, si bien abastecemos y brindamos este servicio a la gente, también somos parte de Chile y de ese llamado de justicia y equidad”, finaliza Flores.