Por: Leonardo Muñoz, director Gestión de Innovación de Fundación Chile,
Publicada en: Economía y Negocios. 17 de septiembre de 2012
Hay quienes hablan de la innovación como si fuera una ciencia exacta. Como un nuevo destilado del management , una actividad que, por definición, es efectiva y moderna. Y la creatividad, en el otro extremo, aparece como una dispersión inútil, una búsqueda inconducente que más hace perder foco y gastar recursos que producir resultados reales de negocios.
La creatividad está asociada a personas divertidas, pero un poco extrañas. Uno la quisiera en la música que escucha, en su ropa o incluso en su comida, pero no en su escritorio. O quizá que el mueble sea creativo, pero no los documentos que están encima de él.
La creatividad es, sin embargo, algo mucho más concreto. Es una habilidad presente en todas las personas, que permite generar soluciones a problemas, oportunidades o desafíos. Y, por cierto, tiene resultados concretos, porque es una actividad que está enraizada profundamente en la acción, en la capacidad de observar la realidad y actuar sobre ella para hacerla mejor. Sin creatividad no hay emprendimiento, no hay innovación, no hay cambio.
La creatividad es optimista, cree que el futuro puede ser mejor que el pasado, y actúa sobre el presente para ponerlo en movimiento. Las personas creativas son vitales, alegres, comprometidas. Un clima creativo es más productivo, reduce el conflicto y favorece la motivación intrínseca en las personas. ¿Y sabe cuál es la mejor noticia respecto de la creatividad? Que puede desarrollarse. No es una característica de la personalidad de algunos “iluminados”, sino un recurso disponible, que cualquiera puede hacer crecer con entrenamiento, con actitudes apropiadas y con un entorno que la favorezca.
Existen herramientas y técnicas que permiten desarrollar las habilidades creativas, como el Pensamiento Productivo de la consultora Thinkx o el modelo Creative Problem Solving (CPS). Existen programas de formación aplicados, que buscan desarrollar estas actitudes y habilidades, con resultados reales. El desarrollo de la creatividad deliberada es una disciplina floreciente y muy concreta.
Obviamente, la creatividad no es en sí misma suficiente, pero tampoco lo son las habilidades de generar modelos de negocios, ni de crear redes de apoyo o de persuadir. Necesitamos de todas ellas para avanzar en nuestro viaje de innovación. Pero, a diferencia de esas habilidades, la creatividad es un recurso transversal que no se agota con la búsqueda de ideas: necesitamos creatividad continuamente, para entender los desafíos que aparezcan y actuar sobre ellos, para hacer frente a los obstáculos, para maximizar el valor, etc.
Entonces la próxima vez que piense en dónde poner las fichas de sus apuestas sobre el futuro de su organización, déle una oportunidad a la creatividad. No es tema ponerla en práctica en todos los aspectos en que crea que será útil.
Es un recurso vacante que, bien desarrollado y enfocado, provocará mejoras permanentes en los resultados de su organización. Y, en el camino, lo pasará muy bien.
Un clima creativo es más productivo, reduce el conflicto y favorece la motivación intrínseca en las personas. ¿y sabe cuál es la mejor noticia respecto de la creatividad? que puede desarrollarse. no es una característica de la personalidad de algunos “iluminados”, sino un recurso disponible, que cualquiera puede hacer crecer con entrenamiento, con actitudes apropiadas y con un entorno que la favorezca.