Froilán Flores, Vicepresidente de la Confederación de Ferias Libres (ASOF C.G), y experto en hortalizas, comenta que lo más destacable en materia de alzas ha sido la lechuga, en especial la escarola que él trabaja, ya que ha ido elevando su precio paulatinamente. A su juicio, ello se debe, esencialmente a la sequía y a la falta de una política pública hacia el sector de la pequeña agricultura, que cada día tiene menos incentivos para trabajar las escasas tierras, orientadas a la producción de alimentos, ya que en el caso de la Región Metropolitana se han perdido 10.500 hectáreas que hoy son urbanas y para fines inmobiliarios.
Usted indica que lo más notorio en el alza de las verduras ha sido la lechuga, ¿Cómo se ha dado el ascenso en su precio en el año? La lechuga escarola, por ejemplo, ha estado subiendo su valor desde hace un tiempo, hoy está a $600, sin embargo entre junio y agosto llegó a costar $800 una lechuga; nosotros comprábamos una caja a $8.000. En tanto, el período de mayor baja fue en septiembre y octubre, cuando la caja nos costó $1.500 y nosotros vendíamos la unidad a $200.
¿A qué atribuye que se disparó su precio en invierno? Por un lado, fueron las heladas y la falta de agua en la Cuarta Región, porque la buena lechuga escarola viene de allá. Sin embargo, el aumento de los precios de las verduras se debe a que el plan regulador de la Región Metropolitana se amplió a la mayoría de las comunas, que eran agrícolas y hoy son comunas urbanas, como Lampa, Buin y Paine. Entonces, hoy nos queda muy poca tierra para cultivo, porque el desarrollo urbano lo absorvió. Entonces, el producto viene de más lejos y el transporte eleva los precios. La tierra agrícola de consumo regular se va perdiendo. Se perdieron 10.500 hectáreas en la R.M por la expansión urbana. Unido a ello, los costos de producción para la pequeña agricultura son altísimos, en semillas, abonos y otros elementos, y no existe una política de fomento hacia ellos. Al campesino cada día le cuesta más cultivar los alimentos. Por si fuera poco, los jóvenes se van del campo y la mano de obra es más cara. Diría que, en ese sentido, ha habido un gran retroceso en el país, porque no hay política pública de incentivo a la pequeña agricultura y a este sector, que alimenta a los chilenos.
¿Cómo anduvieron el resto de las hortalizas? En general, los precios se mantuvieron. Sin embargo, debo agregar que existen muchos productos que, por falta de hábito y conocimiento, la gente no los consume, como el repollo. Hay que enseñar a consumir el resto de las verduras en preparaciones distintas y realizar una campaña para promocionarlas.
¿Y usted como comerciante de años en esto, aplica alguna estrategia de venta? Sí claro, vendo productos distintos y los anti temporada. Por ejemplo, desde marzo, tengo choclos americanos y otras variedades, para humitas y porotos granados, provenientes de Ovalle. Todo el año me proveo de acelga, la rúcula y champignones.
Hoy, los grandes supermercados han sacado estrategias de marketing haciendo uso de la imagen de la feria, ¿Cuáles diría que son los mayores atributos de las ferias libres comparado con la competencia? En la feria lo principal es la atención personalizada, se le vende a la gente lo que necesita, en cantidad, si requiere un limón, se le vende la unidad. Y, por otra parte, está la absoluta responsabilidad de la calidad del producto por parte de los comerciantes.