El alza de los precios de los alimentos sostenida en el último tiempo, producto de la sequía y el cambio climático, ha repercutido con fuerza los bolsillos de la clase media. Aunque el factor climático sea de difícil pronóstico, desde la Confederación de Ferias Libres (ASOF) insisten, en que la crisis actual es consecuencia de una falta de política de desarrollo orientada al canal de comercialización de los alimentos, a nivel interno, compuesto por la pequeña agricultura, la pesca artesanal, las ferias libres y el consumidor final.
Así lo argumentó el Vicepresidente de ASOF C.G, Froilán Flores, en entrevista con los periodistas de 24 horas Carolina Escobar y Gonzalo Ramírez. Respecto a las mayores alzas, Flores destacó que los productos más llamativos en estos días son “los limones, que hace dos meses atrás, los comprábamos a $6.000 y hasta $8.000 una malla, en tanto hoy están a $23.000”. Otros productos con alzas son lechugas, cuyo costo de origen (para el caso del tipo milanesa) es de $250 para el feriante, vendiéndose a los clientes a “300 o 350 pesos”, señaló Flores.
Indicó que los aumentos en los precios- si bien se deben por un lado- a la sequía y heladas, sostuvo que por mucho tiempo “no ha habido una política de defensa de la pequeña agricultura familiar campesina. “Si tenemos agua, pero está mal distribuida y el pequeño no tiene tecnología. Tenemos sequía, porque el agua se pierde y nos damos el lujo de regar sin control”, agregando que inclusive en zonas de escasez hídrica se dan permisos para construir lagunas artificiales para condominios de lujo. “Y eso ¿quién lo entiende?”, señaló.
Con la crisis de los precios, los feriantes también ven mermados sus ingresos, porque no pueden elevar tanto los precios, ya que el poder adquisitivo de las caseras y caseros ha dismuído notoriamente en los últimos años; junto a ello, las ferias crecen sin control con la presencia de muchos ilegales, con lo cual la oferta es excesiva en las ferias afectando más a los feriantes, señaló. “Los márgenes de comercialización son muy bajos para los comerciantes en las ferias libres actualmente; a pesar de que nosotros compramos muy caro, no podemos traspasar todo a nuestro público, cuyo ingreso familiar promedio es de $300.000”.
“Si tenemos agua, pero está mal distribuida y el pequeño agricultor no tiene tecnología. Tenemos sequía, porque el agua se pierde y nos damos el lujo de regar sin control”, agregando que inclusive en zonas de escasez hídrica se dan permisos para construir lagunas artificiales para condominios de lujo. “Y eso ¿quién lo entiende?”, señaló.
El costo de la canasta familiar: $18.000
Todo ello ha repercutido en que las familias se estén alimentando cada vez peor, con las consecuencias para el país por las enfermedades que ello pudiera conllevar. Una canasta simple desde las ferias libres hoy puede tener un costo de $18.000. “¿Qué va a pasar con nuestros niños?, cómo se van alimentar bien, si hoy los estudios sobre el consumo de frutas y verduras indican que estamos comiendo un cuarto de las porciones sugeridas diarias. ¿Cómo se explica que la gente consuma menos frutas y verduras y más zapatos?”, agregó Flores.
Desde la ASOF recomiendan a los clientes de las ferias comprar los productos que no están en alza, como zanahorias, a $500 el kilo y papas a $400, así como a preferir productos de calibre menor, pero igual de nutritivos.
El alza de los combustibles
Respecto al aumento en los precios de las bencinas, el Vicepresidente de la ASOF sostuvo que es un factor que afecta tangencialmente los precios finales, porque es el ítem transporte, pero instó a que lo más relevante en la discusión sea “que todos paguen el impuesto específico para que exista una democracia económica. Por ejemplo, Lan Chile y otras grandes empresas no pagan este impuesto y finalmente las alzas de las bencinas terminan repercutiendo a la clase media y a los pobres mucho más”.
La mayor preocupación del gremio, frente a la coyuntura de los precios, es generar alianzas productivas con la pequeña agricultura, transparentando la información que se maneja de este canal de comercialización, entendiendo que las ferias libres son una gran industria “que moviliza más de 2.600 millones de dólares al año, abastece de frutas y verduras al 70% de los chilenos y al 50% en productos del mar”.
Finalizó haciendo un fuerte llamado a las autoridades a preocuparse de este sector, así como de todo el mundo microempresarial, que aporta al 80% del empleo, pero que ha visto reducida su participación en el PIB, de un 30% desde inicios de la democracia, a un 8%.
